Mantas y nórdicos, nuestros aliados para no pasar frío durante las noches de invierno.
Lo más importante para un sueño reparador es que te sientas cómodo en la cama y que el edredón nórdico o manta te sirvan para abrigarte y que no pases ni frío ni calor.
Pero elegir entre uno u otro dependerá de factores como si eres caluroso, de cómo te gusta dormir, de si tu casa suele tener la calefacción muy alta, de si duermes con la ventana abierta, si vives en una zona cálida, si es invierno o verano.

Por estos motivos vamos a darte algunos consejos sobre qué tipo de mantas o nórdicos utilizar dependiendo de tus preferencias.
Hay a quien le gusta los edredones suecos, que tienen tanta aceptación entre la gente joven como quien prefiere la calidez sana de una fibra natural como es la manta de pura lana de oveja merina.
Si lo que buscas además de una prensa para abrigarte por las noches es imponer estilo y personalidad a la estancia, los nórdicos ya sean sintéticos o los auténticos y originales de plumas, no suelen ayudar a generar una decoración especial y personal. Todo lo contrario, dan lugar más bien a un interior anodino y disperso, carente de originalidad.
Por el contrario, la manta de lana suele ganar la partida irremediablemente en este tipo de situaciones. Presencia cálida, noble y humana son características que acompañan a la lana de merino.
Dependiendo de la zona donde vivamos y de la época del año, debemos tener en cuenta y huir de esa sensación de calor y agobio que se sufre cuando nos tapamos con nórdicos y no hace demasiado frío, al final se acaba uno destapando, para al final volver a pasar algo de frío y volver a taparse… El resultado es una noche incómoda y un más que posible resfriado. La manta de lana puede servir mejor para entretiempo.
Si nos preocupamos por cuidar del medio ambiente debemos tener en cuenta que la lana es una fibra ecológica, renovable, sostenible y nada que ver tiene con los sintéticos., todo ello, olvidar la importancia histórica que ha tenido siempre para el ser humano esta fibra. Los nórdicos los hay de diversos tipos, tanto sintéticos como naturales.

Un aspecto a tener en cuanta es la transpiración, ya que los nórdicos están fabricados precisamente para que transpiren mejor que ningún otro material. De hecho, se trata del mejor aislante natural y transpirable existente hoy en día. Frente a esto, están las mantas de lana que, aunque te calientan en menos de diez segundos, no están hechas para que transpiren, sino todo lo contrario.
Con respecto a la limpieza del nórdico y de las mantas, los fabricantes siempre recomiendan cambiar la funda del nórdico como las sábanas, es decir, una vez a la semana o dos. Sin embargo, con las mantas pasa un poco al revés: se deben lavar una vez al año, y no de cualquier forma porque, de hecho, no se pueden meter en la lavadora. Lo normal es llevarlas a la lavandería para que le hagan un lavado en seco, pero en casa también se puede hacer. Eso sí: hay que hacerlo a mano, con jabón neutro, y dejarlas después en agua unas horas, y escurrir sin frotar.
Si decides lavar tu manta en la lavadora lo ideal es utilizar un programa corto para prendas delicadas y con agua fría (30 °C o menos) Asimismo, es recomendable que uses un detergente en polvo o líquido para lavadoras que sea para prendas delicadas. Lo importante aquí no es si es detergente líquido o no, sino que sea especial para este tipo de tejidos y así no se estropee su tacto suave ni su color.
En cuanto al secado de estas mantas, lo ideal es que se sequen al aire libre. Escúrrela al máximo para que no gotee mucho y tiéndela doblada por la mitad para que no se manche, se mueva o se deforme.
Aunque está permitido que utilices la secadora con este tipo de mantas, evita ponerla a altas revoluciones si lo haces. Así se mantendrán tan bonitas y suaves como el primer día. Por otro lado, aunque no es muy recomendable, sí que puedes planchar la lana y otros tejidos similares, siempre y cuando la plancha no esté muy caliente y las pasadas sean rápidas y continuas.
¡Cuidado! El tejido de una manta polar, en cambio, no tolera nada bien el calor, así que no la planches.
Si decides lavar tu edredón en la lavadora, comprueba la composición de su relleno en las indicaciones de lavado que vienen en la etiqueta. Existen dos rellenos: los de fibras sintéticas y los de plumas.

En primer lugar, si el nórdico es sintético introdúcelo en la lavadora y añade detergente para prendas delicadas. ¡Evita el suavizante porque podría estropear el tejido! Luego, utiliza un programa corto de 60 ° centígrados y bajas revoluciones para proteger el edredón.
Cuando termines, sacúdelo bien y extiéndelo al aire libre, así te asegurarás de que el relleno se va distribuyendo correctamente por todo el interior de la colcha o edredón. Planchar un edredón, por otro lado, no es fácil ni muy recomendable.
Si queremos lavar un nórdico de plumas, como con el otro tipo de edredones, no utilices suavizante. Luego, sécalo en una cuerda o tendedero en posición horizontal y así las plumas se distribuirán equitativamente por su interior. Ve tocándolo, moviéndolo y girando, si lo ves necesario, con tal de asegurar que el relleno se coloque bien.
Una de las últimas novedades del mercado son las famosas mantas pesadas, ya que según varios estudios ayudan a reducir el estrés, la ansiedad y el insomnio.
Durante muchos años se ha optado por los ligeros nórdicos de plumas, pero estos últimos años, donde la inquietud, el estrés, la velocidad frenética con la que vivimos cada día nos impide relajarnos y conseguir descansar adecuadamente, se buscan fórmulas para poder descansar por la noche.
Una solución que, según han constatado diferentes estudios, parece efectiva, son las mantas pesadas, también llamadas mantas ponderadas o mantas con peso.
Se trata de unas mantas especiales que en su interior llevan trozos de plástico o vidrio, consiguiendo que pesen entre 4 y 12 Kilos.
Son muchas las personas que necesitan taparse y sentir presión en el cuerpo para dormir. Es decir, no pueden dormir si no están tapados con una sábana o una manta, incluso en verano.

Eso se debe a que sentir tacto o presión en el cuerpo produce un estado de calma ya que El estrés se reduce porque la presión de la manta aumenta los niveles de dopamina y serotonina, que reducen la ansiedad, y al mismo tiempo disminuye la generación de cortisol, la hormona que produce el estrés.
Otro estudio midió la presión arterial y cardíaca de aquellos que empleaban mantas pesadas, y descubrió que dos de cada tres personas que la usaban reducían sus niveles de ansiedad.
Debemos recordad que estas mantas no son para todos ya que hay personas que necesitan sentirse “libres” a la hora de dormir y prefieren dormir destapada.
Dependiendo de tus preferencias a la hora de conseguir tu mejor descanso, en el Centro Comercial El Zamorano podemos ofrecerte tanto la manta como el nórdico adecuado para cuidar de tu descanso.