Para el frío mesa y falda de camilla

¿Estabas esperando que llegara el frío para poner de nuevo tu traje de camilla?

Nosotros estamos de acuerdo en el agradable confort que nos aporta el traje de camilla en invierno y además, en los últimos años cada vez son más personas las que se preocupan por el estilo, diseño y tejido del mismo, puesto que es un complemento más de decoración en la estancia donde se encuentre.

Pero aunque para nosotros es un término muy común, ¿sabes de dónde procede la mesa camilla?

Mesa Camilla

La mesa de camilla no es un invento español ni mucho menos. Se podría decir que es una invención universal.

Se cree que su origen procede, probablemente, del Medievo en Europa donde se usaba la “taula” cubierta de un mantelón.

Se usaban grandes tableros dispuestos en los espacios de tal manera que sirviesen para mostrar las viandas.

Pero estas taulas medievales resultaban imposibles de transportar con lo que se empiezan a usar tableros más bastos y menos lujosos y, a fin de no dejar ver la sencillez de estas mesas, se engalanaban cubriéndolas con mantelones. De aquí viene la expresión “vestir la mesa”.

Si pensamos en esos castillos o salones del Medievo, imposibles de calentar en épocas de frío, es normal que se arrimaran las mesas al fuego lo máximo posible apareciendo, con el tiempo, los infiernillos o braseros que los siervos colocaban a los pies de sus amos, bajo las taulas y cubiertas con los mantelones que pasaban así de engalanar a dar confort.

Se pasa de la mesa de comedor a otras mesas más sencillas y prácticas con muchos usos como leer, coser y reunirse.

Suponía la única fuente de calor, aparte del fuego del hogar, por lo que pronto se convirtieron en el centro de la vida de la casa.

Por lo tanto, en la actualidad, las mesas de camilla vuelven a aquel concepto del Medievo de embellecer siendo muy usadas en restaurantes, hoteles y, por supuesto, en los hogares, dándole a los ambientes un toque decorativo y confortable al mismo tiempo, de manera rápida y accesible.

Mesas distitas de camilla

Pero como todo, los tejidos, colores y formas de los trajes de camilla también han evolucionado y en este nuevo artículo te vamos a dar estos consejos para que elijas el traje de camilla que mejor se adapte a tu gusto y estilo.

Mesas de camilla redondas con naguas de capa y tela de pelito, el conocido tejido de manterol o velluto, era lo más común hace unos años pero hoy se podría decir que uno de los tejidos más comunes es la tela de chenilla, ya que es un tipo de tejido en el que encontramos variedad en cuanto a gramaje, composiciones y acabados.

A la hora de confeccionar tu traje camilla debes saber la forma de la estructura sobre la que se van a poner ya que pueden ser redondas, ovaladas, cuadradas o rectangulares y cada una de ellas pueden tener medidas diferentes dependiendo de la estancia en la que se encuentren por eso es importante medir correctamente la faldilla de la mesa camilla, tanto el ancho como el alto de la misma, para que sea la medida idónea, y que  no arrastre al suelo pero que tampoco quede corta.

Los tipos de confecciones pueden variar en función de la forma de la mesa, ya que no es lo mismo redondo que rectangular. Para la redonda la confección es la de capa, que es la que se deja caer a lo largo de toda la mesa por igual.

Falda camilla rectangular

Para las rectangulares ya hay más posibilidades, como pueden ser: de capa, de fuelles o tableada.

La de capa es la más sencilla, habría que cubrir la mesa entera midiendo la tabla y la altura y dejando tela suficiente entre el frontal y el lateral, cayendo en forma de ondas en las esquinas antes de recortar la tela.

La clave en este tipo de faldas es medir bien cada parte de la mesa y dibujar el esquema antes de recortar la tela.

Por otro lado, están las faldas de camilla que se confeccionan con tablas o fuelles, que por cierto, son las idóneas para las mesas rectangulares ya que se adaptan mejor a la mesa y no dejan tela arrastrando. Para esta confección, necesitamos lógicamente más tela y también ser más costurer@s.

Estas faldas, pueden llevar las pinzas o las dobleces principalmente, en las esquinas (que nos quedaría al final como una falda lisa) y en medio de la falda, para facilitar introducir las piernas en la misma y por otro lado si tiramos de ella que siempre tengamos más tela (en caso por ejemplo que durmamos la siesta en el sofá y nos arropemos con la falda).

Para hacer una falda de camilla rectangular hay que hacer el patrón y si lo hacemos de tipo capa, en el centro de la medida la tabla de la mesa y como desplegando cada lado, se ha medido la altura de las paras. Unir con una curva los lados es lo que hará que luego sobre tela en las esquinas. No olvides dejar margen para coser el dobladillo (al menos 5 centímetros para poder manejarlo bien)

En el Centro Comercial El Zamorano podrás encontrar todas las telas necesarias para hacerlas: chenillas, lonetas, lisas, estampadas con doble cara e incluso tejidos que son reversibles.

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